Enrera

Tener varias empresas no diversifica el riesgo de inspección


Desde nuestra experiencia hemos detectado que existe una costumbre generalizada en los empresarios que, a medida que el negocio va creciendo, tienen tendencia a crear sociedades paralelas tanto por actividades diferenciadas como complementarias.

En la mayoría de casos, esta posicionamiento esta motivado por miedo a convertirse en una gran empresa que facture más de 5,7 millones de euros. Existe una creencia infundada entre algunos empresarios, a veces influenciados por asesoramientos incorrectos, que este tipo de empresas están sometidas a inspecciones fiscales mucho más exhaustivas. Esta desinformación si genera una mala estrategia que puede traer consecuencias muy negativas.

Pongamos un ejemplo. Una sociedad «A» se dedica a cultivar cereal, pero también tiene una segunda actividad inmobiliaria a la que llamaremos «B». En este caso tendría sentido tener dos empresas. Pero, ahora imaginemos que la empresa «A» se dedica a cultivar trigo y maíz, y que también realizan la correspondiente transformación a harina. ¿Tendría sentido crear una sociedad por cada una de estas actividades? ¿Compensaría hacerlo solo por miedo a inspecciones fiscales más exhaustivas? Desde nuestro punto de vista i experiencia decimos rotundamente que no.

Este tipo de sociedades no suponen un ahorro fiscal justificado, y sobretodo duplican las tareas administrativas por cada nueva sociedad. Por otro lado, debido al aumento de las tareas administrativas el departamento administrativo deberá crecer, y si no lo hace es posible que empiece a generar errores que podrían generar posibles sanciones.

Si continuamos con este supuesto, donde estas sociedades representan actividades complementarias de una misma empresa, la relación entre estas sociedades seguramente será muy estrecha y por lo tanto será habitual que se facturen entre si productos o servicios de forma recurrente. Habitualmente nos encontramos que, por el hecho de ser sociedades propiedad de un mismo empresario, generalmente se crean saldos pendientes entre las empresas que nunca se acaban de liquidar (todo queda en casa). Este tipo de situación limitará seriosamente al empresario en el futuro, y sobre todo y mucho más importante, se genera una situación de total ilegalidad desde el punto de vista contable si esta correctamente documentado.

Aun y haciendo las cosas desde la estricta legalidad, este tipo de sociedades solo darán más trabajo, aumentaran los costes de transferencia y no cumplirán el objetivo final por el cual fueron creadas.

En Ribes & Asociados llevamos asesorando y auditando empresas de todo tipo desde hace más de 20 años, y sabemos que el tamaño de la empresa no influye en absoluto a la hora de pasar una inspección. Para más información les recomendamos que lean el artículo «La visión de un auditor en el asesoramiento empresarial«

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